viernes, 29 de septiembre de 2000

NINDIRÍ-17.-

"WENCESLAO Y ALGUNOS AMIGOS"
(Foto original de RFT)
(Wenceslao murió heroicamente conservando su condición
tras un ataque certero de Miguelito, el marido de Pocci)

X400

Asunto:

NINDIRÍ-17

Fecha:

Fri, 29 Sep 2000 01:43:43 +0200

De:

RFT

PARA:

nindiri@lettera.net


He sabido de vuestra preocupación y angustia por el tema de los amores primeros.

Ya hace tiempo hablaba de antiguos amores, citando a Tabucchi, citando a Colet, la pobre Colet:

«Que faites vous des anciennes amours? Les chassez vous comme des ombres vaines? Ils ont été, ces fantômes glacés, coeur contre coeur, une part de vous même»

[1]

También he sabido de vuestra inquietud, desde ayer, por el terrible desenlace.

Por eso, hablando de amores intensos:

«(…) 12 de diciembre de 1452. Hoy os vi y os hablé por primera vez. Fue algo semejante a una conmoción sísmica. Todo en mí pareció trastocarse. Las losas de mi corazón se abrieron y mi propia naturaleza me pareció ajena>>

[2]

he decidido no manteneros en tal sufrimiento y contaros, confesaros, mis decisiones y reflexiones:

1.-) El conejo blanco (el acosador sexual) ha quedado solo en la jaula de abajo y con sus ojos rojo intenso, alizarín, color "Apiretal" de niños, mira vengativo y abandonado en su frustración porque cree que el sexo es una descarga. Hay quien sostiene ―eso he leído el martes― que la mayor parte de las jaquecas y migrañas en mujeres se curan masturbándose; pero eso no parece tema de conejos blancos, con o sin reloj. Ni siquiera parece asunto de sombrereros locos.

2.-) Al conejo gris ―que parece haber tomado lecciones del blanco, pues teniendo a la hembra preñada, no la deja ni a sol ni a sombra―, le he movido a la jaula de la coneja negra ―la acosada sexual― a la que últimamente Sebastián llamaba Cristina. De esta forma, la coneja marrón podrá parir en paz y sin ajetreos.

3.-) La coneja marrón, como he dicho, se ha quedado en la paridera de arriba, tranquila de requiebros y con ojos de Bambi.

4.-) La jaula de arriba, la paridera, la he dividido en dos y he subido, justo a la otra parte, a la coneja negra (Cristina), para que no se encontrara en segundas nupcias agresivas y adulterio manifiesto con el conejo gris en la jaula de abajo.

5.-) Por último (estoy agotado) he puesto una cestita junto a la coneja negra con Miércoles y Jueves dentro, que no hacen más que dormir, pues es lo suyo.

Espero que esto os permita descansar después de la tensión de ayer y podamos todos dedicarnos a reflexionar sobre el amor primero o profundo, olvidando por un rato "La Colina de Watership".
¿Alguno de vosotros piensa venir este fin de semana o alguna vez?


P.S.: El pato, Arturo, está en su sitio y yo, "calaíto" como Paco Ortega, he inclinado la cabeza sobre el hombro derecho y miro debajo de las nubes bajas que ahora avanzan hacia Pedrezuela.


[1] Antonio Tabucchi, ”La cabeza perdida de Damasceno Monteiro", Ed. Anagrama, Barcelona, mayo 1997.

[2] Mika Waltari, "El sitio de Constantinopla"; Edhasa, Barcelona 1994. Véase también “La caída de Constantinopla 1453” de Sir Steven Runciman, Ed. Reino de Redonda, Barcelona, 2006.