martes, 26 de septiembre de 2000

NINDIRÍ-15.-MENSAJE PARA COTÉ

"EL CIELO DE PAUL BOWLES... NUNCA PROTEGE"
(Cabo Espichel-noviembre de 1995)
(Foto original de RFT)

<<¡Vaya usted a saber!>>


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Asunto:

NINDIRÍ-15-MENSAJE PARA COTÉ: ¡¡¡Vaya Ud. a saber!!!

Fecha:

Tue, 26 Sep 2000 21:27:13 +0200

De:

RFT

PARA:

nindiri@lettera.net

Referencias:

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Aquí a las nubes las llamamos María o Antonia y como la distancia que mantienen las montañas es aún generosa (y así las vemos), cuando vienen a casa casi siempre dejan agua. Cuando no, nos pasa lo que a mi padre en su primer viaje argentino, en el que, ante la inmensidad, le sorprendía poder ver llover en lontananza mientras que en su puesto hacía un sol radiante. Podemos así ver llover hacia el "Cerro de San Pedro", hacia "La Pedriza" o incluso hacia "La Morcuera", más allá de las lomas de Los Lobos y Las Bailanderas. Y es que a las nubes hay que llamarlas por su nombre, aunque se vistan de naranja al tragarse el Sol que, como hemos sabido, es una estrella marrón, corriente y vulgar que nos despierta.

Hace algunos años, en una conferencia científica, un astrónomo dijo que el Sol acabaría colapsándose dentro de cinco mil millones de años.

―¿Cómo ha dicho? ―preguntó un periodista aterrado.

―Cinco mil millones de años -dijo el astrónomo de "El Principito".

―¡¡¡Ahhh!!! ―respiró el periodista ―Creí que había dicho mil millones.

Este mensaje estaba destinado a contestar a mi prima Coté, pero he decidido haceros partícipes de todo ello y nada mejor que incluiros al final del mío el mensaje que ella previamente me mandó el 18 de septiembre, en respuesta a mi "NINDIRÍ-12".

A mí las respuestas a mis mensajes me empujan y animan a seguir escribiendo, aunque no siempre puedo hacerlo de forma personal. Pero en este caso, incluso con "sopina de fideos y patatas fritas", me parece necesario que leáis la contestación que Coté me envió hace ya unos días y, como ella así lo consiente, yo quiero que disfrutéis de esas sus líneas llenas de ternura.

En cuanto a esta existencia, plantamos por fin dos chopos jóvenes y un montón de caricias. Mientras eso hacíamos, seguíamos careciendo de esperanza y volcábamos la ilusión en nuestras nubes, porque aunque no podamos tener lo que anhelamos y queremos, conseguimos compartir esos momentos en que la respiración se nos desborda, cuando nos alcanzan la mano.

MENSAJE DE COTÉ (18.09.00)

(RESPUESTA A "NINDIRÍ-12")

A pesar de que anoche ha llovido con ganas, la tarde de este domingo de septiembre ha sido dulce y cálida, además de limpia. A las nueve menos cuarto empezó a empujar hacia Poniente una franja de nubes anaranjadas, como tu lápiz de Alpino sin punta; se resistió a soltarse de la mano del último rayo de sol. Las nubes forman una sociedad muy compleja y curiosa. Las hay gordas y abotargadas, con aspecto de valer para algo y en el fondo resulta que son huecas, acaparadoras del espacio celeste e inútiles a la tierra, porque finalmente pasan del largo, incapaces, sin fruto. Estas de hoy son bellísimas, porque además de adornar el cielo de Llanes con una corona sencilla, adorable, no se quieren ir, son siempre las últimas en dejarnos solos y antes de irse se trastornan, se vuelven de un color pálido, hasta que la noche, siempre mas fuerte, las devora. Yo las quiero mucho a estas nubes partisanas que aguantan postura hasta quedarse lívidas.

He tenido una semana de mucha asistencia sanitaria, tobillos dislocados, caderas rotas y biopsia de cuello, que me llenaron de miedo, porque al igual que tú, no le tengo miedo a la muerte, sólo le tengo miedo a morirme, al tránsito. Nunca me ha gustado viajar, ni tampoco me gusta el viaje de otros, porque los quiero, como a las nubes de la Resistencia. Pero lo peor ya ha pasado, el tobillo de Concha está sujeto con una venda y la cadera de Pancho, que es tan bueno, la arreglarán mañana en un quirófano de Oviedo, implantándole una prótesis completa. Ramón Sobrino dice que todo va a ir bien "si Dios quiere" (y a veces quiere) y la biopsia ha dado un resultado negativo, así que he dejado de soñar conmigo misma, oponiéndome a la quimioterapia, frente a un ejercito de médicos desconocidos que se miraban fríamente y que insistían en robarme el ataúd en que quería meterme y descansar.

Estoy mejor. Gracias por vuestra paciencia. Ya sé que he sido egoísta, que he estado impaciente y rara, como si tuviera la regla todo el tiempo, y negándome a reconocer que la preocupación no es algo que me haya sido legado en exclusiva. Ramón me ha contado un sistema sobre la transfiguración de los refranes muy entretenido y sugerente. Se trata de intercalar un par de frases, como el que añade una pizca de sal a la tortilla, y el efecto es sorprendente. Este es un refrán pasiego:

Estos bueyes tenemos,

POR SI LAS MOSCAS

y con estos tenemos que arar,

POR SI NO HAY OTROS.

Pero me gusta más el ejemplo de Ramón, es más contundente y es muy cierto, que la prisa entre las sábanas nunca consigue un esplendido amanecer entre las piernas.

¿Cómo amanecerá entre las piernas de los pasiegos?

Habrá que ir al Pas y pronto, porque son madrugadores. A mí me gusta amanecer en LLanes, entre mis propias piernas y ver la cabecina de Lucas, cuando duerme a mi lado, llena de rizos, su nariz perfecta y sus ojos de Bambi cerrados a cal y canto, las manos menudas y aquel par de rodillas minúsculas, siempre destrozadas a causa de la vida azarosa que lleva este niño mío. Bajo los rizos y los ojos cerrados se mueve el patio de la escuela, su amigo Marcos, los árboles de Posada Herrera, los patos de la huertina, su hermana Marina y una oreja mía que, de repente, sujeta con su mano para no caerse del muro de piedra al que se acaba de subir y del que no sabe cómo bajar. Ojalá mi niño tenga siempre una oreja cerca de la mano, cuando su mano sea grande, cuando los muros sean inmensos, cuando el vértigo sea insoportable.

El sufrimiento propio no restaña en nada el mal hecho a los demás ni siquiera el mal hecho a uno mismo. El sufrimiento enseña y quien aprende, pide perdón, subsana, rectifica, recompone, y entonces sí, entonces restaña ante los demás y ante uno mismo. Pero yo no lo he visto, de manera que en este caso que mencionas, el sufrimiento es tan horrible como inútil. Hay determinados códigos de conducta moral que inutilizan al individuo para cualquier corrección, por muy cruenta que sea la severidad del correctivo. Quizá una palabra o una caricia habrían sido mas eficaces que la gangrena, pero..., ¿alguien quería regalárselas?

Mi primo está acabando con el estado de ánimo de un "Señoría" a base de un artículo 63 del que, al "Señoría", le va a quedar memoria para el resto de la vida. Este primo mío tiene suerte porque tiene hijos que buscan gnomos en el bosque y se les caen los dientes de leche, así que cuando paraliza camiones fraudulentos, cuya carga parece imprescindible para los inocentes y lamenta cumplir con su obligación, tiene el enorme consuelo de contar con la posibilidad de convertirse en Ratón Pérez y además tiene un huerto donde crecen los pimientos y hay una inundación de tomates, eso sin tener en cuenta que es el dueño de una coneja que padece acoso sexual, lo cual tiene forzosamente que producir una gran paz interior, porque es la constatación de que en este perro mundo, donde prácticamente nada es lo que parece, todavía existen un par de conejos que hacen de conejos.

Creo que a mi primo le vendría bien encontrar una compañera que hiciera de compañera, alguien que labre con él ese fragilísimo huerto de la camaradería que no da pimientos sino complicidades. Esa es una búsqueda callada, aborrece la prisa que todo lo estropea, muy bien sazonada, todo muy lento, pero todo hasta el espinazo, hasta el alma.

Ya es muy tarde, me voy a Purón, cada uno tiene su trucha, pero sólo hay un buen sistema para cocinarla. Mañana hay mucho trabajo, es lunes, LLanes amanecerá, como siempre, muy tarde, hacia las doce del mediodía parecerá por fin que está habitado, los llaniscos saldremos a la calle cuando caliente el sol. Otros habrán salido muy temprano, nos habrán tomado la delantera, como siempre, habrán tomado decisiones que más tarde pagaremos muy caras, habrán dispuesto de lo que es nuestro y seguiremos callando y sonriendo falsamente con tal de no tener que madrugar.

Besos.

COTÉ